martes, 14 de mayo de 2013

Venderse a si mismo – el trébol de la suerte

Por Silvia Estrems.

Post elaborado con la información compartida en el taller “candidatura espontánea” impartido por Marion Suffert. 

Elementos de contexto y sus consecuencias:

La probabilidad de éxito de una acción de marketing directo es del 2 por 1.000. Si se envían 1.000 CV sin más trabajo de focalización y personalización sólo se puede pretender recibir 2 respuestas. Por lo tanto, es imprescindible eliminar todas las acciones que no van a dar resultado.

El mercado laboral visible (anuncios, empresas de selección, ...) representa menos del 20% pero estamos en un 80% buscando trabajo por estas vías. El mercado laboral oculto representa el 80%. Por lo tanto, enfocar los esfuerzos a esta parte del mercado nos va a dar mayor resultado.

Cuando nos enfocamos al mercado oculto con una estrategia clara y un poco de metodología, el ratio de éxito de una acción sube al 30 %. Es decir, sólo con tres cartas enviadas se puede pretender conseguir una entrevista.

¿Cómo venderse a si mismo?

La recomendación es aplicar la regla del trébol de la suerte y sus 4 hojas para preparar la candidatura espontánea hacia nuestro target definido.

1) Entorno socio-económico: analizar el sector de nuestro target, los cambios y cómo influyen, nuevas necesidades, comparativa otros sectores, comparativa internacional, …

2) Conocimiento de uno mismo: tener muy claro qué sabemos, qué nos gusta y qué queremos hacer corresponde a conocer nuestro valor añadido. Esto se reflexiona en relación con el entorno para que haya una adecuación entre nuestro valor y las necesidades del sector.

3) Lugares: identificar el target y cómo llegar al él: head-hunters, ponencias, red de contactos, etc. No olvidar que todos nos pueden dar informaciones valiosas sobre nuestro target.

4) Métodos: aplicar las reglas de comunicación eficiente en todas las herramientas de comunicación (CV, presentaciones, elevator pitch, …)


El texto de la candidatura espontánea comportará:

  • Una introducción que despierte interés – el porqué.
  • Un contenido conciso: valorizar a la empresa, explicar el valor añadido, hacer soñar, legitimidad, tranquilizar...
  • Una conclusión que incite a la acción – por ejemplo, “llamo a vuestra secretaria para cerrar cita”. 

Suerte en la búsqueda.

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